Hola, te presumo mi setup:
Hace como un año, traté de jugar Total War en la computadora del Santo. No pude, todo estaba mal: el mouse era muy grande, la pantalla estaba muy abajo, el teclado sonaba mucho… algo se sentía incómodo, ajeno.
Hoy regresaba de correr y vi mi setup. Apuesto a que el Santo también se sentiría incómodo jugando en él, porque este espacio evolucionó, lenta y deliberadamente, para adaptarse a mis necesidades, a mi forma de interactuar con el mundo.
Somos changos en necesidad de un propósito (lo sé porque ya he vivido sin propósito y apenas cuenta como vida). Ya que tenemos claro un objetivo, el cerebro divide al mundo en tres categorías: herramientas, obstáculos e irrelevante. Esta última es la categoría más abundante, porque el mundo es enorme, indescriptiblemente complejo y sólo hacer sentido de ello consumiría nuestra vida entera. Esta tercera categoría es la cuna del caos.
Entonces, cuando comienzas a trabajar en un objetivo, te encuentras con las herramientas necesarias para la tarea, pero también con obstáculos. Acercas las herramientas y alejas los obstáculos. Y conforme tus tareas se van especializando, tu espacio de trabajo se convierte en sólo herramientas, sólo caminos para alcanzar tus objetivos específicos y nada de obstáculos. Un espacio lleno de caminos abiertos…
