¿Hoy de qué trata la vida? (06–10–2020)

Migala
4 min readOct 6, 2020

Hoy, querido diario, debo averiguar si debo vivir de día o de noche.

Llevo un par de años viviendo días de 26 horas. Mi rutina comienza un lunes cuando me despierto a las 9 AM y cinco día más tarde comienzo a despertarme horas antes del anochecer.

Siempre que mi ciclo esté bien definido, puedo ejecutarlo igual que una secuencia de comandos a la hora que sea. Por lo que a veces corro por las mañanas, a veces por las tardes y a veces por las noches. Hoy me tocará correr bajo el anaranjado resplandor del atardecer.

Les hago esta confesión, amigos, porque me siento como un hipócrita cuando los invito, a través de mis videos, a poner su vida en orden, mientras que danzo tan cerca de la orilla del caos. La verdad es que ya he caído del otro lado tantas veces que ya me siento seguro aquí, en el borde, la frontera.

Los días se me hacen cortos, insuficientes, por eso siempre le extraigo un par de horas al siguiente. Esto no tiene gran consecuencia en los primeros días de la rutina, cuando me levanto a las 10 en lugar de a las 8, pero sí cambian las cosas cuando comienzo a despertar a las 6PM.

Este es el día en el que mi ciclo circadiano está a la espera de una decisión y puedo elegir mi horario para el próximo mes o mes y medio. ¿Viviré de día o viviré de noche?

Viví de día durante los primeros 28 años de mi vida, no necesito explicarte cómo se siente. Vivir de noche es otra cosa. Es más solitario y me encanta.

Despiertas cuando la gente comienza a dejar sus trabajos, así que tus primeras pláticas son las más tranquilas y amigables. Te ejercitas mientras la gente se va para sus casas, así que las calles están vibrando de vida, pero en una dirección contraria, así que tu carril siempre está vacío.

Desayunas mientras todos cenan y cuando todos sueñan, te pones a trabajar.

La vida, de noche, se siente más como un sueño; y los sueños son más reales, sólo despertar se siente como un gran sacrificio, al tratar de abandonar el mundo que construíste durante las últimas ocho horas.

Cuando vivo de día, las horas se me escapan. Mi atención y tiempo son rebanados y encapsulados en cinco o seis obligaciones sociales al día que se vuelven los epicentros de mi tiempo, las estrellas alrededor de las cuáles giran las tareas de mi agenda.

Cuando vivo de noche, todo el mundo duerme, así que el tiempo de la madrugada es todo mío para hacer de él lo que yo quiera. Y lo que yo quiera, generalmente, es echarme un clavado de cabeza y sin mirar a este ritual de técnica y misterio del que emergen mis videos.

Quisiera vivir con ustedes, los extraño tanto (y además es un pedo recibir paquetes cuando duermes durante las horas laborales) pero nunca he sido tan feliz como cuando acabo mi rutina “matutina” y comienzo a trabajar hasta la media noche. El otro día me puse a animar un video mientras escuchaba una clase de astrobiología. Mientras mi cuerpo de chango, sus manos y su profunda intuición ilustraban el proceso de una razón pasada, la razón hacía sentido de los esfuerzos de la humanidad por encontrar vida fuera del planeta Tierra.

Lo recuerdo y una profunda nostalgia me invade, ¡Pero si pasó hace casi un mes!

Esas son mis opciones del día de hoy, que consideraré hasta que las labores planeadas para el día hayan terminado. También depende mucho de mis obligaciones sociales para la semana.

¡El viernes hablaré con Nick Lane! ¿Recuerdas el libro que inspiró nuestro podcast sobre el origen de la vida? Pues el autor aceptó hablar con nosotros, el único problema es que la entrevista será en inglés y la gran mayoría de mi audiencia no entenderá sin subtítulos.

¿Debería hacerlo un evento en vivo o grabar, subtitular y después subirlo?

Ya veremos, dijo un ciego.

Ahora mismo Raquel me advierte sobre el video de la meditación, que ya está listo. Para este estreno tengo todo un evento planeado, así que, si hoy no logro terminar los preparativos para mañana, se estrenará el viernes, antes del podcast.

Este viernes hay podcast, otra gran noticia. Leonardo, el chico que me ayuda a recortar los fragmentos de podcast para Migala D, me dio la idea de que, si no podemos hablar desde la experiencia sobre feminismo y si otras mujeres se rehúsan a hablar sobre feminismo con nosotros, el único modo de continuar de manera productiva la conversación sería hablar sobre nuevas masculinidades y cómo ser hombre. Así que ese será el tema del podcast de este viernes. Cómo ser hombre en el siglo XXI.

Disculpa, querido diario, si no hago un punto más trascendental en este texto que por fin se lee como un diario. Esta mañana no tengo tiempo de pensar. Las urgencias del presente me atan a este plano terrenal de acciones, planes y compromisos. Quizá la próxima semana, con más astrobiología en la cabeza y menos eventos en la agenda, pueda seguir hablándote del infinito.

¿Te conté que también esta semana queda listo un video sobre la naturaleza psicológica del individuo? Estoy muy emocionado.

Mañana te cuento.

--

--

Migala

Desde tiempos de Sócrates, el deber del filósofo ha sido corromper a la juventud.