Qué suerte que vi The Boys en noviembre.
Hay una escena, cuando Annie y Huey se conocen, en la que Annie le cuenta que una derrota inesperada la hizo sentir como que perdía su personalidad. “ya no se sentía como una guerrera.”
Y Huey le platicó acerca de Robin, su novia muerta, que le encantaba patinar pero era muy mala y, cada vez que se caía, decía “just because you fell on your ass, doesn’t mean you have to stay on it.”
El primer capítulo del nuevo podcast salió genial. Ojalá lo hubieran visto, no saben de lo que se perdieron.
Ayer tuve la fortuna de sentarme a platicar con algunas de las personas a las que más admiro en esta comunidad acerca de qué se siente hacer esto que hacemos. Me sentí menos solo, más en contacto con algo más grande que yo mismo. Planeábamos que la conversación durara una hora, más o menos, “no pasa de dos horas” decíamos y, al final de la noche, tuvimos que acabar en medio de la conversación porque ya nos acercábamos a las tres horas.
Aprendí mucho, me reí, me la pasé muy bien. Ojalá que los chicos se la hayan divertido tanto como yo.
La audiencia, ciertamente no, no se divirtió tanto como yo. No sé qué configuración del OBS quise experimentar esa noche, que el software transformó mi stream en una presentación de power point.
